Carmelo: cruzar el charco y disfrutar
27.6.14
El fin de semana pasado #marido y yo nos fuimos a Carmelo a celebrar nuestro aniversario. Hace tiempo que yo quería conocer. Adoro Uruguay, sus costas, sus campos ondulados y su gente.
Salimos el viernes a la mañana en auto, cruzamos por el puente Gualeguaychú - Fray Bentos. Se supone que son unas 4 horas, pero nos demoramos bastante en el puente.
Valió la pena! Llegamos después del mediodía a la Posada Campotinto, un antiguo casco de estancia reciclado, donde Veronique y su equipo nos recibieron con un rico té mirando estos viñedos de ensueño (dicen los que saben que se parece a la Toscana italiana). En próximo post (Carmelo y sus hoteles, puro diseño uruguayo) les voy a mostrar más sobre la Posada, repleta de lindos detalles.
Esta foto se llama "a room with a view" ;) La posada tiene sólo 4 habitaciones y la nuestra -amplia y linda- miraba directamente a la vieja iglesia de San Roque.
Esa misma tarde nos fuimos a ver el atardecer a la playa de Zagarzazu. De increíbles arenas blancas y un Río de la Plata calmo y transparente. ¡Sin dudas Uruguay se lleva lo mejor del Río de la Plata!
El sábado agarramos temprano las bicis que tiene la posada (buenísimas Trek!) y nos fuimos pedaleando hasta el centro de Carmelo (Campotinto está en el campo, en las afueras). Recorrimos un poco el pueblo, fuimos a ver al puerto (donde llega el servicio de Cacciola, buena opción para ir hasta allá, en 2 horas desde Tigre), cruzamos el puente giratorio y dejamos un rato las bicis para caminar por la playa Seré. Después pasamos por un supermercado y nos armamos un pic-nic, para ir a nuestra habitación a ver el partido de Argentina.
Costó arrancar y no tirarnos a dormir la siesta, pero nos ponemos un poco maniáticos y queremos conocer todo. No nos queríamos perder el atardecer en Punta Gorda, desde Rincón de Darwin, el kilómetro cero del Río de la Plata. Increíbles vistas!
En esa zona pasamos a conocer la Laguna Solís (rarísima, de película de suspenso ... sin foto porque ya había poca luz). Pasamos también a visitar el famoso e imponente hotel Four Seasons, que también les voy a mostrar en otro post (dedicado a los hoteles de Carmelo).
El domingo en el desayuno agarré unos sobrecitos de azúcar, ya sabía que lo primero que quería hacer era subirme a la bici e irme un rato a estar con un caballo. Alguno, cualquiera. Campo adentro, a pocas cuadras de la posada, encontramos a éste, que no podía más de bueno. Lo visité también cuando volvíamos y el muy loco ya sabía que yo andaba con azúcar y la buscaba en mi bici. Veo las fotos con el caballo y no se puede creer mi cara de felicidad.
Después de esta escala, seguimos nuestro recorrido en bici. En el campo uruguayo se encuentran muchos autos y camionetas antiguos, algunos parece imposible que anden, pero otros están en perfectas condiciones.
Un poco más allá pero cerca de la Posada, hay un viejo almacén de campo y bodega artesanal de más de 100 años.
Dejamos las bicis y aceptamos el amable recibimiento de su dueño de pasar a conocer. Y degustar sus vinos!
Nos mostró las antiguas máquinas que todavía están en uso.
Y también visitamos los viñedos, de los más antiguos de la región.
A la tarde, dejamos la Posada y nos fuimos en auto a conocer un poco más. Paramos en varias casas y estancias de campo que capturaron nuestra atención.
Para llegar por último a la estancia y capilla Narbona, la primera estancia de Uruguay. Está a 2 kilómetros de la ruta por camino de tierra. Cuando llegamos la tranquera estaba cerrada, pero según el cartel estábamos en día y horario de visita. Nuestro espíritu aventurero y curioso hizo que abramos la tranquera y "nos mandemos". Parecía no haber nadie y estar todo completamente abandonado, pero en cuanto bajamos del auto una señora que debía estar en sus 80 -y que había nacido ahí- nos vino a recibir. Nos contó toda la historia del lugar y los avatares con la burocracia del Estado, que da mil vueltas para restaurar un lugar histórico como éste.
Les recomiendo ir si andan por allá. El lugar parece salido de una película. Yo no podía dejar de sacar fotos. Varias ya están editadas para próximo post "Zoom sobre Carmelo".
La señora lucha con la fuerza que le queda para que el lugar no se venga abajo. Y no deja que se lleven la hermosa virgen que está en la capilla, porque tiene miedo que no vuelva. Yo, seguro voy a volver a Carmelo!
Terminamos nuestro viaje visitando el Narbona Wine Lodge (Relais & Chateaux) y tomando el té en el super onda hotel Casa Chic (fotos e info de los dos en próximo post de hoteles).
Cualquiera que quiera información me escribe. Es un lindísimo plan para fin de semana. Para descansar o para pasear. En pareja o en familia. En auto, en bici o sin nada y usar las bicis que muchos hoteles te dan. Por tierra via puente, por agua via Cacciola a Carmelo o por agua y tierra via Buquebús a Colonia (que está a 80 km.). ¡Nos vemos en los próximos dos capítulos de Carmelo!